River, una
vez más, interpretó el mismo papel que en películas anteriores, pero esta vez,
su co-protagonista se encargó de resolver los problemas que ‘el millonario’ no
sabía, y no podía solucionar.
El partido
transcurrió en un océano de dudas e imprecisiones.
River, con
el tan solicitado “4-4-2”
en cancha, pasó los primeros 45 minutos sin generar ni una chance de gol
colectiva. De hecho la única jugada que tuvo el conjunto ‘millonario’, fue
aquel tiro de media distancia que tuvo Cavenaghi a los 36 minutos, y que él
mismo tuvo que generárselo.
Huracán por
su parte, sin ser brillante o letal, hacía negocio. Sacaba rédito a su buen
orden defensivo e intentaba aprovechar cada oportunidad de acercarse al arco
rival que tuviese. Tal es así, que la jugada más clara de ese primer tiempo, a
los 22 minutos, fue para ‘el globo’, cuando en un córner, Hernán González
terminó rematando frente a un Vega vencido y la pelota salió junto al palo.
La historia
del segundo tiempo ya fue otra.
Con los
cambios al caer, y la gente cada vez más nerviosa ante los minutos que pasaban
y no veía reacción en sus jugadores, Almeyda decidió mover el banco y mandar a
la cancha a la nueva figura riverplatense, Trézéguet, quien no ingresó sólo,
sino que fue acompañado por el venezolano ‘maestrico’ González. Arriesgando más
de la cuenta, ‘el pelado’ sacó a ambos laterales (Abecasis y Vella) y planteó
un esquema improvisado, pero necesario, ante la urgencia de ganar que tenía
River.
El partido
no cambió mucho, a pesar de los intentos del conjunto ‘millonario’, y sus
ganas, las ideas seguían sin llegar, y todo parecía más complicado de lo que en
un primer momento se creía que iba a ser.
Ahí es
cuando Huracán toma el protagonismo del encuentro y se encarga de resolverle el
partido a River.
En un
primer momento, a los 13 minutos con el gol en contra de Hernán González, que
culminó una buena combinación entre Cirigliano, Sánchez y ‘el maestrico’.
Y más
tarde, con la inexplicable y desafortunada expulsión del ex-River, Alexis
Ferrero, que a los 16 minutos, en una jugada confusa (era saque de arco y el
árbitro dio tiro de esquina), ante su desmesurada protesta, recibió una doble
amarilla y fue expulsado.
De ahí en
más, todo fue distinto, más sencillo, y con mejores pasajes para un equipo que
hasta entonces no encontraba el camino.
De esta
forma llegaría el segundo gol del partido, a los 36 minutos, cuando las dos
personas más cuestionadas por el hincha en cancha, culminarían un contra
ataque. Tras una buena habilitación de Alejandro Domínguez, iba a ser Fernando
Cavenaghi quien mandaría la pelota a la red y pondría el 2-0 que iba a ser
final.
Huracán
siguió aportando su granito de arena, y a los 38 minutos tuvo su segunda
expulsión tras una jugada peligrosa de Tavio sobre el franco-argentino. De esta
forma ‘el globo’ iba a terminar el partido con 9 jugadores en cancha.
Si algo
dejó en claro el encuentro, es que el insistente debate sobre la formación, si
River debe jugar “4-4-2, 4-3-1-2, 3-4-1-2” , o como debe pararse en cancha, no tendrá
sentido mientras las figuras del conjunto ‘millonario’ sigan manteniendo el tan
bajo nivel mostrado ayer, y que vienen sosteniendo hace ya un largo tiempo.
Jugadores
como Domínguez, Ponzio, Cavenaghi, Sánchez u Ocampos, son fundamentales en el
esquema del equipo. Aportan por sus características individuales, y hoy no
están pasando su mejor momento.
Si bien los
problemas de River parecen ser más colectivos que individuales, no existe
equipo en el mundo que pueda destacarse o imponerse sobre el rival, sin que sus
jugadores pilares estén en un alto rendimiento personal. Por supuesto, River no
es ni será la excepción.
Las dudas
de Almeyda a la hora de formar el equipo, también la sienten los jugadores a la
hora de protagonizarlo.
El técnico
que basó su pronta carrera como DT en la frase “conmigo siempre juega el que
mejor está, nadie es más importante que River”, decidió dejar en el banco al
jugador que mejor se encuentra en este momento.
Por
supuesto, las urgencias cambian todo, y rápidamente tuvo que recurrir a él, una
vez más.
Hoy las
soluciones pareciesen venir desde el banco. Con los Funes Mori, los Villalva,
los Aguirre, González y demás.
Sin embargo,
es utópico, y errado, pensar en una masividad de cambios para el siguiente
partido.
Dependerá
del ojo del técnico, ver quienes realmente están mejor, y quienes suman para un
mejor andar de equipo hoy por hoy. Una materia, en la que Almeyda, viene desaprobando
con frecuencia.
Más allá de
todo, el principal objetivo se consiguió, sumar 3pts, seguir prendido ahí
arriba, y esperar con una mueca, al menos, a quien va a ser el rival, y el
partido más importante en todo el torneo.
El puntero
Instituto tendrá que visitar El Monumental en una semana, y en el club de Núñez
las dudas e incertidumbres son muchas. Empezando por el esquema, siguiendo por
los nombres que deben formarlo, y finalizando en discusiones propias de
programas de chimentos, como son los “celos” de sus máximas figuras en el
equipo.
A pesar de
todo esto, el objetivo de todo el “mundo River”, sigue siendo el mismo, y
único. Finalizar con este infierno futbolístico lo antes posible, y sin ninguna
duda, Instituto será el juez que dará el veredicto final.
River está
transitando, posiblemente, su momento bisagra en el paso por el Nacional B, al
igual que le sucedió en el tramo final en primera.
Hoy la
moneda está en el aire, en aquel entonces, cayó del lado equivocado. ¿Ahora
será distinto?