River consiguió este sábado su victoria más trascendente en la temporada en el Nacional B, al ganarle por 1 a 0 a Instituto de Córdoba con el tanto del goleador David Trézéguet.
La
expectativa, la ansiedad y el clima que se había generado en la semana de
frente al partido entre el primero y el segundo de la tabla, era mucha. Por lo
que se esperaba un interesante partido, pero sobretodo, se ponía el ojo en
quien por nombre e historia, debía responder a las exigencias y demostrar que a
pesar de los cuestionamientos, estaba a la altura de las circunstancias.
De esta
forma lo vio Almeyda, y de esta forma lo pensó Almeyda.
El técnico
de River Plate movió las fichas de su tablero en la semana, y así, desde el
martes, confundió a todos al planificar un entrenamiento con 10 jugadores,
dejando fuera de éste nada menos que a Trézéguet. Lo cual generó una ola de
dudas y rumores sobre la ausencia del franco argentino en el que iba a ser el
partido más importante hasta ahora para el equipo.
Sin
embargo, conforme fueron pasando los días, Almeyda mostró cual era su verdadera
intención, y de esta manera se fue descubriendo el que iba a terminar siendo el
once inicial para enfrentar a Instituto, donde estaría incluido el goleador, y
formaría un arriesgado y necesario “3-4-3”, destacando la salida de Abecasis y el
ingreso del ‘maestrico’ González en lugar de Ocampos.
Por su
parte, Franco, el técnico de Instituto manifestó una y otra vez en la semana
que su equipo visitaría El Monumental con la única intención de atacar, jugar,
y seguir manteniendo la línea de juego que su plantel viene mostrando a lo
largo del campeonato.
Claro es
que todo esto quedó en la nada cuando Maglio (de una flojísima labor, con
errores constantes para ambos lados, pero donde River fue favorecido) dio el
pitazo inicial y se comenzó a jugar el encuentro.
El partido,
nunca fue tal. River lo dominó los 90 minutos, y consiguió llevarse una justa
victoria frente al fuerte rival cordobés al que tanto respeto se le tenía.
Instituto logró
llegar al arco de Vega solamente 2 veces en el partido, una a los 14 minutos
del primer tiempo en un remate cruzado de derecha del juvenil Dybala, y la
segunda a los 28 minutos del segundo tiempo, cuando Gagliardi conecta un tiro
de esquina y Maidana logra despejar en la línea lo que hubiera sido el empate
de ‘la gloria’.
El resto
del partido fue siempre dominado por el conjunto ‘millonario’ que contó con 10
situaciones de gol a lo largo del encuentro, de las cuales sólo logró concretar
una.
A los 10 minutos
del segundo tiempo, Cavenaghi apura un lateral en ofensiva dándosela a
González, que con un exquisito pase limpia la jugada para ‘el torito’ que
prueba con un remate cruzado y potente, al cual Chiarini, gran arquero de
Instituto, logra detener pero no retenerlo, dejando un rebote frente al área
chica que Trézéguet con un tiro chanfleado mete a la red y pone el 1-0 que
terminaría siendo final en el partido.
Por
supuesto que todo lo que el hincha quería y pensaba, era llevarse los 3 puntos,
incluso, sin importarle “el cómo”.
Sin embargo
el equipo respondió a las expectativas y no solo ganó el encuentro, sino
también cambió la cara que venía mostrando las últimas fechas y jugó, frente al
rival más difícil, posiblemente uno de sus mejores partidos en la temporada, o
al menos sin dudas, en este 2012.
Las
individualidades del equipo de Núñez volvieron a responder, y nuevamente
mostraron, por momentos, el volumen que en otros tramos del torneo habían
tenido, y fue de esta forma que borró literalmente de la cancha a su rival.
Con un
‘maestrico’ González como la figura del encuentro, acompañado de un Trézéguet
letal, y las grandes actuaciones de Cavenaghi, Cirigliano, y la defensa
completa, River jugó como decía, 90 minutos que al menos por una semana, van a
permitir que el hincha pueda soñar o sonreír de cara a lo que queda del
campeonato en su ansiado regreso a primera división.
Pero, así
como tantas veces ha sido cuestionado, también es justo reconocer en el técnico
de River, lo bien pensado y planteado que tuvo el enfrentamiento.
A pesar de
las dudas de la gente, de los cuestionamientos por los cambios, las críticas
por hacer jugar a Carlos Sánchez de lateral derecho o sacar a Lucas Ocampos por
el ‘maestrico’ González, el mostró confianza en su idea, y este sábado el
equipo le respondió de la mejor manera.
Hoy en
Núñez se respira paz. Luego de semanas duras, de golpes inesperados como el de
Atlanta, y de rendimientos flojos que no hacían más que abrir las quejas de
todos los sectores, hoy el plantel y la gente pueden respirar algo más
tranquilos.
Pero claro,
siempre con los pies en la tierra, y entendiendo que aún no se ha logrado nada.
River dio un paso importante, pero no aún el más trascendente.
Si el
próximo domingo no consigue un buen resultado en Mar del Plata frente a un sorpresivo
Aldosivi que marcha sexto en el torneo y viene de golear por 5 a 1 a Huracán, nada de lo hecho
este último sábado habrá servido, ya que volverá a complicarse la realidad en
la tabla del ‘millonario’ y nuevamente saldrán a la luz las dudas, los
cuestionamientos, y la intranquilidad con la que River Plate vive desde hace ya
mucho tiempo.
Los miedos
eran muchos. Las similitudes eran enormes. Una vez más River debía presentarse
en su casa, con una expectativa gigante en la gente y los medios, con un
Monumental colmado, frente a un equipo cordobés que venia a arrebatarle la
ilusión y a golpearlo con la realidad.